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El Futuro del Estado Está en la Tecnología y la IA

Actualizado: 10 abr

Vender al gobierno debería ser una oportunidad segura y rentable, pero en la práctica, las demoras de meses o incluso años

En relación con la noticia publicada por Bio Bio Chile, titulada "Vender al Estado es entrar a un campo minado", ha quedado en evidencia una problemática que afecta a miles de proveedores: los constantes retrasos en los pagos por parte del Estado. Vender al gobierno debería ser una oportunidad segura y rentable, pero en la práctica, las demoras de meses o incluso años están generando graves problemas de liquidez para las empresas proveedoras, especialmente para las pequeñas y medianas.


Uno de los principales focos de conflicto está en las municipalidades y corporaciones municipales, las cuales han sido señaladas como las peores pagadoras. Las razones detrás de estos retrasos son diversas: problemas presupuestarios, cambios administrativos, burocracia excesiva, corrupción y dependencia de fondos externos.


Esta combinación de factores ha generado un entorno de incertidumbre para los proveedores, quienes recurren a grupos de WhatsApp o crear redes sociales como Bidder, para advertirse mutuamente sobre las instituciones que tienen un historial de pagos tardíos o directamente impagos.


Para resolver esta problemática, la tecnología y la inteligencia artificial (IA) podrían ofrecer soluciones efectivas y estructurales. La automatización mediante RPA (Automatización Robótica de Procesos) permitiría revisar y autorizar pagos automáticamente, eliminando errores humanos y reduciendo significativamente los tiempos de procesamiento. Esto facilitaría que los pagos se ejecuten en horas o días, en lugar de semanas o meses. Empresas como Intetics en Estados Unidos ya han implementado soluciones similares en el sector privado, logrando optimizar procesos y reducir costos operativos.


La inteligencia artificial predictiva permitiría analizar patrones históricos de pagos para anticipar posibles retrasos y ajustar las prioridades de pago según la disponibilidad de fondos. Sistemas similares ya están en funcionamiento en España, donde el gobierno ha desarrollado ALIA, una IA diseñada para optimizar la gestión financiera y prever riesgos presupuestarios. La implementación de IA permitiría al Estado de Chile mejorar la planificación y evitar que la falta de fondos afecte la cadena de pagos.


La tecnología blockchain también jugaría un rol clave en esta modernización. Registrar cada pago en una cadena de bloques permitiría que los proveedores puedan rastrear el estado de sus facturas en tiempo real, garantizando transparencia y eliminando la posibilidad de manipulación o fraude. En India, el gobierno ha implementado IndiaChain, una red nacional de blockchain que ha mejorado significativamente la eficiencia y transparencia en las transacciones gubernamentales, reduciendo las prácticas corruptas y fortaleciendo la confianza en las instituciones.


La combinación de contratos inteligentes y blockchain permitiría ejecutar automáticamente los pagos al cumplirse las condiciones del contrato. Esto eliminaría la discrecionalidad en el proceso y reduciría el riesgo de favoritismo o corrupción. Si un proveedor cumple con los términos acordados, el pago se procesaría de manera automática, sin intervención humana y en cuestión de segundos. La implementación de estas tecnologías ya está funcionando con éxito en países como Estonia, donde los contratos inteligentes han mejorado la eficiencia en la gestión pública.


Sin embargo, la implementación de estas soluciones también presenta desafíos importantes. El costo inicial para desarrollar e implementar IA y blockchain es alto y requeriría una inversión significativa por parte del Estado. Además, la automatización podría provocar resistencia por parte de los sindicatos debido a la posible reducción de personal administrativo. También existe el riesgo de dependencia tecnológica, donde una falla en el sistema o un ataque cibernético podría paralizar el proceso de pagos. La clave estará en una implementación gradual y bien supervisada para mitigar estos riesgos.


La tecnología ha llegado para quedarse. La automatización y la inteligencia artificial no son una moda pasajera, sino un cambio estructural que está transformando todos los sectores económicos y gubernamentales. Si Chile no adopta estas soluciones, quedará rezagado frente a otras economías que ya están aprovechando las ventajas de la tecnología para modernizar sus sistemas de pago y mejorar la eficiencia pública. La inteligencia artificial es el futuro, y el Estado chileno debe abrazarlo para construir un sistema de pagos eficiente, transparente y adaptado a las demandas de la sociedad moderna. Un Estado eficiente y profesional es necesario para garantizar el bienestar de la ciudadanía, y la tecnología es la clave para lograrlo.

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